Este año encuentro indecente casi cualquier manifestación o alarde de armonía familiar , exaltación de la amistad y abundancias en general , en particular las materiales y gastronómicas . . . porque a juzgar por los informativos sólo las disfrutan unos cuantos . . .
Lo mío no es un problema material , es un complejo que empezó cuando tenía diez años y que tiene mucho que ver con la falta de estructura y apoyo familiar . . .
. . . y lo peor , que yo en mi atormentada existencia de cuarenta y dos años no he podido , sabido o querido corregir .
Odio la nochebuena y cualquier fiesta en la que sea obligatorio pertenecer a una gran familia bien avenida y feliz .
Socialmente siempre he tratado de dar el pego , pero ya no merece la pena esforzarse tanto porque al final sólo es Navidad en Navidad . . .
. . . el resto del año se parece mucho más a Halloween .
Si Jack Skellington quiere cambiar de bando allá el , yo me quedo en Halloween que me pega mucho más .
Jack Skellington, personaje seminavideño |
me puedo permitir el lujo de un aislamiento autoimpuesto que me librará de visitas incómodas , regalos de toma y daca , contactos sociales indeseables o poco deseados , felicitaciones , SMS´s y demás frivolidades sin sustancia .
Este año, no me pillan en nada que tenga que ver con estas entrañables fiestas .
Sólo saldré de mi confinamiento para la cena familiar de obligada asistencia .
Siempre he sido bastante rara ,
y esta vez voy a serlo en toda mi plenitud !
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